miércoles, 22 de agosto de 2012

Sueños rotos

No puede ser, aquel chico con el que llevo soñando tanto tiempo, desde el año pasado, que fue cuando realmente me enamore de el, a vuelto a aparecer en mi vida.

Hoy mismo, a la tarde, estaba yo en e edificio de mis primas, esperándolas, y como es el segundo piso, se las escuchaba cuando iban a entrar en el ascensor, pero solo a ellas.
"Pip" ya llego el ascensor, y de allí sale alguien alto, con la cara tapada, de forma que solo se le ven sus preciosos ojos amarillos, SI, amarillos, y cuando se quitó el pañuelo que llevaba alrededor de su preciosa cabeza con pelo medio rubio medio moreno, casi me echo a llorar.

Todos mis sueños, mis ilusiones, mis esperanzas y todos los delirios que he tenido, con su presencia inexistente, se han eliminado al verlo saliendo de ese puto cachimierda de los cojones ascensor, que no podría haber tardado mas en llegar. Habría preferido que me avisasen unos días antes de que iba a verlo para poder prepararme y no tener ganas de llorar en el instante.

Espero volver a verle para aclararme...

viernes, 17 de agosto de 2012

El chico misterioso

Me lamo Ana, tengo muchas ganas imperfectas de vivir, y es posible que sea una de las personas mas gafes del mundo, ya que todos los muy buenos momentos, se frustran.

Uno de esos momentos:


Fui con mis abuelos al centro comercial, a comprar unas estúpidas camisetas para el instituto. Ya que quedaba poco para que comiencen las clases, aunque aun quedaban unos meses, o, uno, no se...

Estaba enfadada, medio deprimida, ya que aquella seccion de aquel peculiar centro comercial no es que me gustase especialmente.
Yo iba escuchando musica, ya que prefiero ir en mi mundo, a mi bola, sin nadie que me este jodiendo el dia. Eran muchas canciones las que escuchaba, aunque ninguna entera.
Estaba mirando ropa interior (aunque no era a es a lo que fui alli) cuando escuche a alguien llamandome, no por mi nombre, si no diciendo:
Psss la que esta mirando sujetadores pssss
Yo pense que se habrian equivocado, pero no era asi, ya que segui escuchandolo durante unos minutos. Cuand ya no aguantaba mas, me di la vuelta, y alli estaba.
Era un chico un poco ma alto que yo, con los ojos marrones, pero bonitos, ya que brillaban como su sonrrisa, era de pelo oscuro, no estoy segura de que color exacto se trataba, pero estaba bien. Era moreno, no un paliducho como yo (por cierto, necesito tomar el sol A LO GRANDE)...

Un rato mas tarde, me encontre frente a el, muy cerca, podia notar su respiracion, como palpitaba su corazon, era bastante rapido, ahora que lo recuerdo, notaba su aliento a menta sobre mi, y notaba parte de su labio superior. Mirandonos a los ojos, casi ocurre el momento mas romantico de mi vida. Notaba sus manos bajando por mi espalda y adentrandose en mis bolsillos, yo, no sabia que hacer, ya que practicamente no sabia como llegamos a la seccion de yogures, y solo eso me impresionaba, porque estaba a unos 7 pasillos de el de la ropa interior, en la que estaba inicialmente. En ese momento no habia nadi alli, excepto las camaras de seguridad, que lo grabaron todo.

Casi, casi estaba aquel momento, aquella ilusion formada en apenas dos minutos. Pero como dije al principio, soy la persona mas gafe del planeta, asi que todo aquello se fue a la mierda.
Gritaron el nombre del chico que estaba conmigo en la seccion de yogures. Y aparecio una chica.
No era muy guapa, sinceramente, pero tampoco fea, sus ojos eran iguales que los de aquel misterioso chico, por lo que supuse que seria su hermana o algun pariente cercano.

A LA MIERDA ESE MOMENTO TAN BONITO.

Pero eso no fue lo peor, ya que despues de aquella aparicion, y no de la virgen precisamente, llego su madre, desesperada, con mirada de odio y gestos de preocupacion, se lo llevo de alli, y yo volvi con mi familia.
Que raro todo lo que ha pasado, no me lo creo. Sin embargo, cuando cojimos el coche para volver a casa, con las compras echas, nos toco un semaforo en rojo, y menuda desafortunada casualidad, que el coche que se paro al lado nuestra, era el de aquel chico, que nunca desapareceria de mi mente.
Su hermana, o la chica que nos interrumpio, me echaba miraditas extrañas, no eran asesinas, pero tampoco de afecto.
El y yo, mientras tanto, sonreiamos como gil*****as, rojos como tomates, literalmente.
Desde entonces, no lo he vuelto a ver.